CADA PERSONA ACTÚA DE A CUERDO A SU NIVEL DE CONCIENCIA. EL 95% DE NUESTRAS ACCIONES Y DECISIONES ESTÁN CONDICIONADAS POR NUESTRO SUBCONSCIENTE, MIENTRAS PERMANECEMOS DORMIDOS.
¿Eres capaz de comprender el profundo significado de ésto?.
Cuándo creemos ser libres, nos damos cuenta de que el “libre albedrío”, no es más que una ilusión del ego (falso yo).
Somos esclavos de nuestra programación subconsciente, reaccionando de a cuerdo a nuestra herida personal (cuerpo de dolor), patrones heredados de nuestros ancestros, traspasados en nuestro ADN. A nuestro niño interior herido. Reaccionando de a cuerdo a nuestros traumas, y miedos subyacentes.
Vibramos con quien activa nuestra herida, para sanarla.
El ego siempre busca reproducir su drama, una y otra vez…
Por supuesto, se trata de decisiones inconscientes. Conscientemente, nadie elegiría repetir patrones transgeneracionales, ni vivir la misma experiencia dolorosa. Pero eso pasará inevitablemente, si reaccionamos siempre de la misma forma.
Para resultados diferentes, habría que tener conductas diferentes. Y esto será imposible, si no te vuelves consciente. Si no eres capaz, como quién ve una película, de convertirte en el espectador de tu propio “drama personal”.
¿Cómo podrías ser libre, si tu poder de decisión está condicionado por tu subconsciente?.
Mientras tanto, ahí vas tú; reaccionando, sintiendo, actuando y viviendo lo mismo, en automático. Sin siquiera darte cuenta...
Estamos tan anclados a una personalidad o “personaje”, que nos creemos incapaces de reaccionar de otra forma.
Representamos siempre el mismo papel, porque estamos demasiado identificados con ese rol, y ni siquiera nos hemos planteado el ser capaces de cuestionarlo.
Personaje que asumimos por situaciones de vida, o por una personalidad “auto impuesta”.
¿De qué manera nos auto condicionamos?...
Cada vez que nos definimos. Utilizando etiquetas como; “YO SOY ASÍ, DE TAL O CUÁL FORMA”.
Ejemplos de esto serían los siguientes;
• “Siempre grito o levanto la voz en una discusión, porque tengo carácter fuerte”.
• “Reaccionó con violencia, ante situaciones injustas, porque sé defenderme”.
• ”Lloro ante la más mínima presión, porque soy muy emocional”.
• “No puedo hablar en público, porque soy muy tímido”, etc.
Nos aferramos a nuestra personalidad, como si se tratase de una sentencia. De un contrato que no puedes romper. Como si fuese una situación inamovible, que escapara a tu control. Como si no tuvieras elección… Y EFECTIVAMENTE NO LA TIENES, SI NO TE VUELVES CONSCIENTE DE TU PROPIO PODER.
LA PERSONALIDAD ES UNA “MÁSCARA” DEL EGO. Y NO ESTÁS OBLIGADO A CUMPLIR UN ROL QUE YA NO TE IDENTIFICA, O QUE TE HACE SUFRIR.
Puedes cambiar tu personalidad, (las veces que sea necesario), hasta sentirte cómodo contigo mismo. Hasta lograr que ella sea un reflejo de tu presente, que proyecte como eres hoy en día, NO lo que Fuiste.
CUANDO ERES CONCIENCIA, ERES LIBRE DE TRABAJAR EN CONSTRUIR UNA PERSONALIDAD DE LA QUE TE SIENTAS ORGULLOSO, Y QUE TE HAGA FELIZ.
No es inconsistencia, es desarrollo personal.
¿Cómo puedo modificar mi personalidad, si llevo tanto tiempo siendo así?...
• Dejando de identificarte con el personaje. Eres una conciencia con discernimiento. No un conjunto de rasgos modificables... Tu personalidad, la creas y defines tú.
• Manteniendo una presencia plena, todo el tiempo que puedas, que te permita observarte. En tus pensamientos, y en tus acciones. Reconociendo actitudes impulsivas, o formas de reaccionar nocivas, que ya no te representan.
• Siendo el director de tu propia película. Sintiendo en tu interior, ese empoderamiento.
• Siendo autocrítico, con la humildad y madurez necesaria para reconocer si estás actuando de manera equivocada.
• Comprometiéndote a modificar conductas que reconoces como no beneficiosas. Ya sea porque hieren a otros, o te hieren a tí. Que en realidad, es lo mismo…
CUANDO CREEMOS HERIR AL OTRO, NOS ESTAMOS HIRIENDO A NOSOTROS MISMOS, MUCHO MÁS PROFUNDO. CUANDO ODIAMOS A OTRO, ESE VENENO NOS CARCOME INTERNAMENTE, MUCHO MÁS QUE AL SUJETO O SITUACIÓN A LA QUE DIRIJAMOS NUESTRO ENOJO.
Es el juego de la dualidad. Porque no existe la dualidad. Sólo un espejo que refleja lo que somos, y las energías que enviamos. Lo que das, te lo das. Lo que mandas, recibes. Tu y yo, somos lo mismo…
SI TODAVÍA TE SIENTES HERIDO POR EL OTRO, OFENDIDO POR LA CONDUCTA DE OTRO, O CREYENDO QUE DEBE SER “EL OTRO” EL QUE TIENE QUE CAMBIAR ALGO DE SÍ, PARA QUE TU SITUACIÓN CAMBIE, AÚN ESTÁS IDENTIFICADO CON EL EGO. SEPARATISTA, DUAL, Y DORMIDO.
Cuándo comprendes que se trata de un sueño, del velo de Maya, eres libre. Cuando comprendes que no hay dualidad, eres libre. Cuando comprendes a quién le sucede el problema, eres libre.
Si estás herido, pregúntate:
-¿quién está herido?.
-“yo”.
-¿Y quién es yo?.
- Mi emoción está herida.
- ¿Y quien es yo?. Acaso soy mi emoción?.
-No soy mis emociones. Pero mi emoción está herida…
-¿Tu emoción está herida por el ahora, o estás reviviendo una herida emocional del pasado?.
-Es mi niño interior quién se siente herido.
-¿Y por qué motivo tu niño interior asocia ésta situación, a tu pasado?
-Porque la situación actual recrea el dolor de mi herida de infancia. O me hace tener miedo a repetir la historia familiar. O no me atrevo a actuar, porque mi conducta ofende mi religión. O porque temo ser rechazado, por llevar una forma de vida no arraigada en mi cultura. O porque tengo la creencia de que tal situación siempre termina mal. O porque temo repetir un pasado doloroso. O porque en mi “yo ideal” no cabe esta conducta. O porque mi orgullo no me permite reconocer mi error. O porque es mi ego quien se siente rechazado. O porque mi mente me hace creer que todo es negativo. O porque no acepto mi cuerpo, como es actualmente.
-¿Y quien soy yo?. ¿Es que acaso algo de lo anteriormente mencionado, define mi ser?.
-Lo mencionado son partes de mí. Pero no definen quien soy yo. “Yo soy el ser que habita en mi alma, la conciencia omnisciente que observa”.
-¿Y cómo conciencia, hay algo que yo pueda hacer para aliviar esta situación?.
-Como conciencia acepto la situación. No la niego. No la escondo. No la evado. No me resisto a lo que es. Aceptando lo que es, me permito sentir está emoción. Dejo la resistencia a querer cambiar el presente. Porque el presente es como es. Me permito sentir está emoción, sabiéndome protegido por la luz de mi conciencia. Entendiendo que no soy ésta emoción, le permito ser. (Pará que no se oculte en mi subconsciente, ni se enquiste en mi cuerpo físico, enfermándolo). Y le dejo ir…
Esa es una forma de meditación llamada auto indagación. Cuándo dejas de identificarte con la mente, la emoción, o la personalidad, te vuelves conciencia.
Si aún no eres capaz de perdonar a tus padres, porque piensas que tenían elección, todavía no eres libre. Si continúas creyendo que tu pareja podría haber actuado de otra forma, permaneces atrapado en la dualidad. Si todavía piensas que quienes eran tus amigos, tenían elección, aún no lo comprendes…
Ni tú, ni ellos, ni yo, ni nadie puede actuar de otra forma, que no esté acorde a su nivel de conciencia. Por eso, todo es como tenía que ser…
Aunque pudiéramos viajar al pasado, volveríamos a actuar igual. Y a repetir las mismas situaciones. En una cadena interminable, generación tras generación, hasta que alguien de tu árbol genealógico despierte, rompa la cadena del actuar condicionado, y sane al resto.
CUANDO UN INDIVIDUO DEL ÁRBOL GENEALÓGICO SE HACE CONSCIENTE, SANA A TODOS SUS ANCESTROS, EN TODAS LAS DIRECCIONES DEL TIEMPO. PORQUE EL TIEMPO SÓLO EXISTE COMO UNA CONCEPCIÓN MENTAL. EL SER NO TIENE TIEMPO.
Si eres capaz de ver esto, e interiorizarlo, tu percepción del mundo cambiará. Mucha de la frustración y la rabia que sientes, se desvanecerá, porque te darás cuenta del absurdo...
¿Cómo vas a culpar a alguien que no era, o que NO ES CONSCIENTE de sus actos?. ¿Puedes endosarle responsabilidad, si actúa dirigido por su “cuerpo de dolor”, su programación subconsciente, o su trauma transgeneracionales heredado?. ¿Puedes seguir culpando o culpándote por tu humanidad. Por estar dormido, como todos lo hemos estado, y por no ser conscientes de que actuamos automáticamente, dirigidos por el subconsciente?. No es más bien la compasión lo que cabe?...
Cuándo te das cuenta de lo que fuiste, y recuerdas tu antiguo yo dormido, sólo sientes compasión y amor incondicional. Entonces, te reconcilias contigo y con el mundo, porque comprendes que el otro está hecho de la misma sustancia que tú.
Y ESE AMOR QUE TE ABRAZA ES CAPAZ DE ABRAZAR AL MUNDO, EN SU TOTALIDAD. COMO UNA UNIDAD. FORMANDO PARTE DEL TODO. ASÍ PONES FIN AL VELO DE MAYA. AL EGO, QUE NOS HACE CREER QUE SOMOS ALGUIEN VIVIENDO UNA VIDA, Y NO LA VIDA MISMA, VIVIENDO A TRAVÉS DE NOSOTROS. ESA ES LA VACUIDAD. ESA ES LA ILUMINACIÓN, DE LA QUE TODOS HABLAN.
Si ya no te identificas con el mundo, el mundo deja de herirte. Nadie puede herirte, porque no hay nadie. Porque no hay otro. Porque el otro, eres tú. Y tú, eres parte de la totalidad.
Al disolverse la dualidad, y la separación del ego, te conviertes en nada. Y al comprender que eres nada, eres a la vez todo. Porque eres parte del todo. Ese es el despertar. Simple, y a la vez complejo. Porque para ser todo, debes dejar morir tu ego.
Se trata de un proceso doloroso. El más doloroso. En el que tendrás que luchar contra ti mismo, y tu resistencia. Contra tu mente, bombardeando, manipulando, clasificando, aceptando, rechazando y saboteando, para que creas que es real. Jugando con tus miedos. Lucharas con tu propia sombra. La mente subconsciente. Sacando a la luz todos tus miedos, heridas y traumas, para que los sientas, los observes, y los transmutes, con la luz de tu conciencia y el abrazo de amor, y de perdón. Entonces serás como el caldero, donde el alquimista trasforma el plomo en oro, sacando a la luz, desde tu subconsciente, todas tus emociones reprimidas, dolores, traumas, y miedos, llorando, sintiendo el dolor, reconociendo su presencia, pero sin identificarte con ella, sólo conteniendo el proceso, y dejando que ocurra la transmutación, de un estado de vibración a otro. De la oscuridad, a la luz. Del plomo, al oro. De la negación a la aceptación. Del rechazo al abrazo. Al reconocimiento. Del odio al perdón, a la paz, al amor incondicional.
Si aún no eres lo suficientemente fuerte, y maduro para la alquimia espiritual, podrías llegar a ser consumido por el proceso. Razón suficiente para no precipitarte. Ni apurar tu proceso. Estás donde tienes que estar. Y los maestros aparecerán, cuando el discípulo esté listo.
Mientras más identificado estés con las mascaras del ego, más doloroso será el proceso de despertar. Mientras más brusco y menos gradual, será más doloroso dejar morir tus falsos yo. Si miras demasiado tiempo la sombra, sin la suficiente entereza para contener y transmutar lo negativo, podrías acabar sumido en la oscuridad. Aún más identificado con la sombra. El sufrimiento. La depresión o la ansiedad.
En éste mundo que tiende a anestesiar el dolor, y reprimir las emociones, tú estarás retirado en tu interior, como la carta de tarot “el ermitaño”. En soledad, alejado del mundanal ruido y el caos, únicamente con el farol de tu conciencia, trasmutando.
Haciendo arder, con el fuego de tu espíritu, los pesados metales emocionales que cargas. Como los antiguos alquimistas. Transformando lo negativo en amor incondicional. El plomo, en oro…
NO ES UN CAMINO RECTO, SINO UNA ESPIRAL. UN LABERINTO EN EL QUE TE PIERDES, Y LO QUE CREES SABER, ES SÓLO LA PUNTA DEL ICEBERG… ENTONCES, RECONOCES QUE NO SABES NADA. Y VOLVERÁS MUCHAS VECES, A PASAR POR EL MISMO ERROR, PARA FINALMENTE COMPRENDER QUE LA ILUMINACIÓN NO ES UNA META A OBTENER. NI ES ALGO QUE GANAS. ES UNA PÉRDIDA. UNA DISOLUCIÓN… EN LA QUE AL NO SER NADA, LO ERES TODO. UNA PARADOJA… LA ILUMINACIÓN OCURRE DESPUÉS DE MUCHOS INSTANTES ILUMINADOS. DE MUCHOS “DESPERTARES”… QUE SEA LO MENOS DOLOROSO POSIBLE TU PROCESO, ES LA ÚNICA ILUSIÓN, DE QUIENES REGALAMOS LA VERDAD DE NUESTROS PROPIA EXPERIENCIA. NO EXISTE DETRÁS DE QUIEN SE BRINDA SIN LUCRO, NINGUNA OTRA PRETENSIÓN.
EN CONCLUSIÓN, LA ILUMINACIÓN NO ES MÁS QUE UNA LARGA BÚSQUEDA, EN LA CUÁL EL BUSCADOR ES A SU VEZ, AQUELLO QUE ESTÁ BUSCANDO…

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