Nada te aseguro.

Perdona si la sombra de un tormento del pasado, me nubla la mirada y me hace entristecer.

Perdón si la nostalgia de aquel paraíso, me hace percibir tus jardines desolados.

Perdóneme  que hoy, que usted me obséquia soles, yo sienta la carencia de aquellos besos gélidos. Perdone mi devenir, entre éxtasis y ausencia, perdona mi abrupta presencia en tu camino. Perdona mi pasión que incinera tu conciencia, perdóname el infierno, la muerte de tu mundo.
Perdona si tal vez no era lo que viste, perdona el artilugio, patética ilusión.

Perdóname los gritos, ahogados en sonrisas, perdóname el silencio cuando debí explotar.

Perdón por el elixir que te di a beber, la noche infinita de nuestro reencuentro.

Perdóname los besos que robe del cofre, enterrado en lo profundo de tu corazón.

Perdóname el haber secuestrado tu alma, perdóname también la invasión a tu mente. Perdóna que te diga que no habrá mañana,

perdón que te lleve de la mano a soñar.

Perdona mis dudas, mi miedo, y los monstruos,

que voy derribando con mi espada de luz...

Perdona el pasado, perdona el perdón, perdona a los muertos de nuestro delirio.

Perdóname que huya, que planee más alto,

habiéndote mostrado mi luz incandescente. Perdónate, atrévete, despréndete, elévate!!...

Vuela y perdóname, que nada te aseguro...