No hay final feliz.

Cuando abres los ojos en la mañana, nunca sabes cómo puede terminar tu día...

Instantes que parecen una eternidad... momentos congelados, que serán eternos.

Palabras que queman, simples y profundas, reales, demasiado reales...

Un nombre que se agiganta hasta aplastarte... un rostro, guardado en tu memoria, que emerge con fuerza y lo invade todo, te nubla, te ciega...

Segundos perpetuos que parecen pesadillas. Dolor, que te atraviesa el alma.

Un camino oscuro, que parece no tener salida. Fatalidad, angustia, lágrimas. Castillos que se derrumban, príncipes que cabalgan con los ojos vendados, con la esperanza de escudo.

Inocencia. Personas comunes que se equivocan, que escogen, que engañan u omiten.

Destinos entrelazados, lúgubres casualidades. Miedos, sueños, pasiones, deseo.

Caos...

Me miro al espejo y veo un monstruo. Con enormes cadenas, con la mirada baja, perdida.

Verguenza, culpa, máscara, falsedad. Vestida de hipocresía, cínica, cobarde. Soy todo lo que no quise ser jamás. No hay fábula. No hay cuento de hadas, no hay final feliz.

Quisiera despertar, y ser la mariposa que vuela libre, (que es hermosa por su transformación), ahora mismo soy el gusano...