Instagram

Instagram
Sígueme en instagram❗👀

sábado, 29 de diciembre de 2018

¿Dónde está la felicidad?.

Si tú estás feliz contigo mismo, serás feliz donde quiera que estés, en una prisión y hasta en el mismísimo infierno personal.
Escapar de personas o lugares, no soluciona nada. Los conflictos internos nos siguen donde quiera que vayamos.
La felicidad no se encuentra en un lugar físico, sino, todos los seres humanos estaríamos allí hacinados, y el resto del mundo quedaría vacío. Puede ser que viajar a algún lugar geográfico te haga sentir feliz, que te haga cumplir un sueño. Eso es diferente. Completamente.
La felicidad no está en La Meca, ni en Roma, ni en el Himalaya, ni en el Everest, ni en la India, ni en ninguna parte del mapa.
Podrías estar en el lugar más hermoso, y sentirte igualmente desdichado y miserable.
Trabaja tu interior, conócete, abre esas puertas oscuras que temes abrir, aceptate, libérate.
Sé feliz hoy. En el metro, en el trabajo, camino a casa, en tu hogar . La paz y la felicidad que tanto anhelas, sólo está dentro de tí.


Yo tan Poe, y tú tan Cohelo.

El otro día leí la siguiente frase; "yo tan Poe y tú tan Cohelo"... Me dio risa, pero habiendo leído a ambos, y con todo vivido, pienso que debes pasar por Poe, para llegar a Cohelo. Es decir, tienes que tener crisis, para que haya transformación. Caos, para llegar al orden. Tienes que haberte arrastrado por el suelo, para ansiar volar. Debes haber cruzado las tinieblas, para apreciar la luz.
Puedes también quedarte en la oscuridad para siempre. Rehusarte a evolucionar, auto flagelarte, destruirte, dejar e incluso, buscar que te lastimen. La oscuridad tiene su encanto. Incluso te puede proporcionar placer. Pero siempre es más grande el dolor, el vacío...
No mejorar, negarse a crecer, buscar la luz, es el camino más difícil. Es el camino del guerrero.
Siempre librarás duras batallas, más que todo, con tu propia conciencia.
El lado oscuro es el más fácil. Tú no caminas, no avanzas, no arriesgas, no decides. La vida se te pasa, y tú no haces nada, estás a la deriva, sólo te suceden las cosas, los hechos te encuentran, y siempre te consideras víctima de las circunstancias, (como no!). La única acción que emprendes es dañarte a tí mismo, poniendo como pretexto, que alguien te daño a tí primero, que no es tú culpa, tú eras inocente, frágil…
Sí, lo eras, pero ya no!!! Ahora eres un ser libre, que debe dejar de castigarse. Debes y mereces ser feliz. Es por tí. Es tu deber. Hazte cargo.
No harás feliz a nadie que esté a tu lado, si primero no te sanas tú. Llora, mira tus heridas, ahí están, no las ignores. Lamelas, lloralas, y deja que empiecen a sanar. Perdona, y serás libre. Perdónate tú, que a veces es lo más difícil...
Nunca es tarde para enmendar el camino. La luz, y la oscuridad están aquí. Tú decides de qué lado quieres estar.
Los caminos de rosas no existen. Siempre tendrás luchas, dudas y dolores. Es parte de nuestra condición humana, pero tanto tu vida como tú, en este tiempo, con tu cuerpo, tu personalidad, y estas experiencias, son únicas. Tú puedes en esta vida ver lo bello, tocar el cielo, o vivir encadenado a un pasado.


De amores, sentimientos y las difíciles renuncias.

Es impresionante lo fugaz que es la existencia humana. Lo frágil que es la memoria, lo fácil que perdemos el tiempo, y cuán rápido transcurre... Cuando ya se acaba el año, es imposible no hacer balances y análisis de lo vivido. Siento que ha sido un periodo intenso. Lleno de aprendizaje...
Siento que tanto dolor, traición y mentiras, tanto engaño, tanta culpa, tanto perder, tanto arriesgar... tanto soltar, tanto entregar, tanto liberar, tanto vencer los miedos. Tanta pasión, tantas dudas, arrepentimiento, daño, tantas caídas... tanto desamor, tanta soledad, tantas lágrimas, tanta angustia. Y a la vez, tanto crecimiento, tanta re invención. Tanta expectativa, tanta confusión, tanta ilusión, tanta decepción, no pueden ser en vano. Cómo valoró hoy, lo que pensé que jamás perdería. Todo lo que fue, lo que arrojé al viento. Cuánto cuesta liberar, desprenderse, dejar partir, dejar el egoísmo. Pero lo pasado se libera, para avanzar hacia el futuro. Cómo cuesta aceptar. Cuánto duele perder... cuánto cuesta reconocer que estamos equivocados.
Arriesgar es de valientes. Me voy, pero no tengo las manos vacías. Mi alma está colmada. Me llene de fuerza, tranquilidad, felicidad y paz. Tal vez espere demasiado. Idealice. Ví lo que quería ver... Pero encontré la salida. Y sola di mis pasos. Yo decidí usar la llave a mi libertad. Creo que las personas que pasan por tu vida, son maestros y compañeros de camino. Algunos te acompañan por mucho tiempo, otros, tan sólo un instante, pero no por eso son menos importantes. Todos tienen su razón para haber estado. Y una vez se cumpla aquello que nos vinieron a mostrar, una vez producido ese intercambio de realidades, y experiencias, cada cual debe continuar solo. Familia, hijos, amigos, amores, todos son parte de nuestro viaje, pero el camino se debe transitar solo. Solos partimos, individuales. Solos llegaremos, a la unificación.
Hay que aprender a decir adiós. Tal vez para siempre, tal vez hasta un nuevo reencuentro... Nadie conoce a un semejante por casualidad.
Espero haber aprendido de una vez esta lección, porque quiero seguir mi camino. Sería hermoso creer que esa persona que te acompaño en algún momento significativo de tu vida, con la cual sufriste una transformación, para bien o para mal. Alguien que te entrego, te enseño con su ejemplo, alguien con quien viviste una situación límite, que te ayudo, a quien amaste, o te impresionó, una persona  por la cual dejaste todo, estará para siempre. Que te mira como tú la ves, que en sus ojos ves algo más que tú reflejo. Que ves su alma. Que tiene tu sentir. Que late a tu ritmo. Como si fueran iguales.
Muchas veces no causamos lo mismo en el otro. Los sentimientos la mayoría de las veces no son mutuos, ni recíprocos. Son así, irracionales. No tienen causa, ni explicación. Muchas veces el otro debe dar muchas más vueltas para ver lo que tú ves. Y eso no lo hace malo. Cada cual vive su propio proceso. Cada ser es diferente. No hay reglas, ni leyes, ni varas para medir el amor. Es utópico pensar y esperar, que el otro actúe como tú quisieras, y que sienta, como tú lo haces. Cada ser es único, y por sobre todo, libre. Nadie pertenece a nadie, por tanto no  hay pérdida, hay renuncia. Duele inmensamente renunciar a lo que se ama, pero el amor no se puede forzar. El amor verdadero, construye, no destruye. Nos hace siempre mejores. En la renuncia no hay rencor. La renuncia es tan dolorosa, porque aun amando, tú dejas ir... Y no te vas por cobardía. Te vas cuando ya luchaste. En la derrota.
Sólo emprendes el vuelo, cuando ya no hay más que entregar, cuando no puedes ceder al otro, sin vulnerarte a tí mismo. Cuando eres tú la prioridad. Cuando quedarte, te lástima, sólo te hace daño...
Ahí es cuando debes volar. Hacia tu felicidad.


viernes, 28 de diciembre de 2018

Octubre, 2018.

Nunca me había sentido en un agujero tan profundo. Camino desolada entre los restos de lo que eran mis sueños, mi fe y vida…
Todavía no comprendo la razón para tanto dolor. No veo la luz, en este túnel oscuro del sin sentido en el que caí.
Me duele tanto el alma que ya no puedo ni quiero caminar. Ya ni siquiera puedo esbozar una sonrisa falsa. Me quedé vacía. Sin fuerzas, sin ganas y llena de dudas. Siento el llanto acumulándose en mi pecho, corrompiendolo todo. Y no lo puedo sacar. Quiero llorar, quiero gritar. Romper, patear. No me convenzo de que no estás. Te necesito tanto papá. Ayúdame desde donde estés. Dame un abrazo y ayudame a encarar el futuro. Muéstrame el camino que yo ya no puedo. No veo salida.
Te necesito tanto que te veo en todos lados…
Tengo tantos sentimientos agolpados en mi pecho. Mi mente es un caos y mi corazón me traiciona. ¿Por qué no me ama?. ¿Por qué me engaño?. ¿Por qué todo se rompió de un momento a otro.? Miles de preguntas sin respuesta en este vacío interminable. No puedo más...




Vencidos, vinagres y avinagrados.

El que hace daño, acaba más dañado. No hay peor tortura que la culpa, ni peor cárcel que la propia conciencia. Pero todos podemos ser como el ave fénix, que deja morir lo que fue, para luego renacer. Quien regenerando sus células, logra sanar sus heridas. Y aceptando lo que es, puede volver a emerger, más libre y hermosa que nunca.
No es necesario resucitar como los cristianos, volver al vientre de tu madre, como creía Nicodemo, ni reencarnarse como los budistas o alcanzar la iluminación. Tú puedes volver a nacer, rompiendo la jaula de imposiciones que cargas, y dejando salir tu verdadero ser esencial. Sólo necesitas reconocer tus errores, aprender de ellos, pedir perdón, perdonarte, liberarte y avanzar. Tal vez te tome tiempo, pero siempre puedes comenzar.
Se puede hacer brillar la luz, hasta en el peor de tus infiernos...
Se puede emerger de las cenizas y transformarse. Crecer es una decisión.
Liberarse del precepto de tus padres es posible, dejar de querer complacer a todos, también se puede. Dejar de necesitar con desesperación que te vean, que te amen. Porque quizás nadie te amo… es absolutamente lograble. Dejar de dar valor a lo material, y de sacrificar  momentos con los tuyos, por acumular posesiones, es trabajable. Cesar de poseer, porque tal vez nunca tuviste algo tuyo, es un desafío que podemos alcanzar. Amar sin encerrar, puede dejar de ser utopía.
Dejar de calificarte, se puede lograr. Así como convencerte, de que no eres lo que te dijeron.
Que no eres ni tu enfermedad, ni tu historia, ni lo que hicieron de tí, ni lo que tú te provocaste, ni tus carencias, creencias, o circunstancias, sino que eres libre de ser, lo que tú quieras ser.
Libérate de toda autodefinición. Y sé lo que de verdad eres. Como tú sabes que eres, no lo que construiste. No lo que te dicta el ego. O tus emociones. O tu racionalidad. Deja salir tu esencia!!.
Quizás es más fácil ir repartiendo mierda por la vida. Andar amargado, suicidarte o vivir sin vivir… en modo zombie.
Dejando de soñar. De sonreír. De conmoverte... de dar. De contemplar la belleza y el milagro, en toda la materia que te rodea. En toda forma de vida.
Encerrándote en el universo de tu propia desgracia. Mirándote el ombligo, de aquí a la eternidad...
Ser déspota y egoísta no implica ningún esfuerzo. Esa es la opción cómoda, la zona vainilla. Esas personas requieren más tiempo para despertar la conciencia, y no son peores ni mejores, sólo pisan un peldaño diferente en la escalera de la existencia. Pero su crueldad no los hace cool.
No disfraces tu egoísmo con ser “diferente”. Ni tu falta de empatía, con “irreverencia”.
Liberarse de esos demonios internos requiere principalmente decisión y coraje. Lo realmente difícil, es no perder la ternura. Lo aplaudible es elegir el optimismo. Y colorear los momentos grises.
La verdadera revolución es sonreír, cuando llevas el alma partida.


Veranos.

Que genial es sentirse vivo!!.
Hacer travesuras que no dañen a nadie, mirar la luna, robar un beso. Cantar, reír, correr, descansar. Mirarse a los ojos, Tomarse la mano.
Una sonrisa dibujada en tu mano, un mundo por delante, una caricia fugaz. Romper las reglas, olvidarse del mundo... Y sus prejuicios.
Desconectarse del mundo, romper la monotonía. Soñar. Volar. Debatir. Conocer personas y sus mundos paralelos...
Creer en las personas, reírse de los problemas. Sumergirlos en lo profundo de un vaso y quemarlos con la complicidad, con la hermandad.
Saber que hay muchos locos, artistas, bohemios como tú. Saber que se puede colorear el mundo y que un instante, vale una vida...


martes, 25 de diciembre de 2018

Moraleja en noche buena.

Contexto: 24 de diciembre de 2013, Catita chica y yo mirando el cielo inmenso y estrellado. Atisbando con curiosidad, algún rastro del trineo del hombre de la barba blanca. Son diez para las doce de la madrugada, estamos en nochebuena.
La pequeña me señala que hay que pedir un deseo, -porque las estrellas en navidad son mágicas!!-, me cuenta.
-Muy bien.- le respondo. -Entonces pidamos un deseo-.
Nos tomamos de las manos en la oscuridad de la noche, y sus ojitos brillan de entusiasmo e ilusión.
-Tú primero Cata Leyton!!-, me ordena.
-A ver... Yo quiero que la Catita chiquitita tenga una vida feliz, plena, llena de buenos momentos, y que cumpla todos y cada uno de sus sueños. Eso deseo-. Le digo con solemnidad. Es un gran deseo, pienso.
-¿Y tu deseo cuál es?-, le pregunto intrigada.
La niña de cinco años aprieta su manito frágil contra la mía, y con su cabecita levantada hacia el cielo y el cosmos, pide su deseo al universo, quien atentamente la escucha. Entonces, con su tierna voz, dice lo siguiente;
- Mmm... Yo deseo una patineta!!-. Grita y se ríe.
-Genial. Nuestros deseos se cumplirán-.
Afirmo totalmente convencida.
Entonces la abrazo fuerte, y guardo las siguientes lecciones en mi corazón;
. Ningún sueño es tonto, si a tí te hace feliz.
. En la medida en que menos deseemos, menos sufrimiento habrá.
. Mientras más humildes sean nuestras expectativas, menor será la frustración. Y nos sentiremos felices, con cada simple cosa, que la vida nos obsequie.



lunes, 24 de diciembre de 2018

Deseos de navidad.

En un día cargado de energía, simbólico, místico. Para algunos religioso, lleno de simbolismo, emotividad, de anhelos, de entrega. Un día en donde muchos, por única vez en el año son capaces de dar, yo celebro principalmente la capacidad de empatia. De ponernos en el lugar de otro, ojala del que más necesita.
Festejo la solidaridad, el darnos cuenta de que todos podemos y tenemos algo para dar. Hablo de cosas inmateriales, que son verdaderamente, las más valiosas. Un abrazo, un gesto amable, una sonrisa, un te quiero. Demostrar el cariño. Amar. Esos son los regalos para el alma.
En este día, alabo el volver a sentirnos  niños, el no perder la fe, el creer, la esperanza. Mantener viva la ilusión, el atreverse a soñar.
En este día, agradezco los buenos deseos, y eso de que nos sintamos un poco mejores, más buenos, quizás más felices.
En este día, no olvidemos a quienes sufren, a los enfermos, de cuerpo, alma y espíritu.
Mis respetos a todos. Los que celebran, los que se vuelcan en introspección, los que viven duelos y pérdidas en estas fechas... Que sea un día de amor, que nos ilumine a todos. También a aquellos a quienes estas fechas les traen a amargos recuerdos de la niñez, cuya tristeza infantil vuelve a resurgir, a quienes se encierran en sí mismos, porque tal vez nunca recibieron un regalo, o los recuerdos que sean, que te traigan angustia, tengamos respeto por el actuar del resto. Si el 24 de diciembre te trae amargura, encierrate en ti mismo, habla con tu niño/a interior, y obsequiale tu viejo corazón.
Procuremos reflexionar. Hacer el bien.
En este día mágico, víspera de noche buena y navidad, tomemonos aunque sea un instante, para mirar el cielo. Para pedir un deseo, confiar en que se cumplirá y en que tal vez, una estrella nos muestre el camino y nos guíe hacia nuestros sueños...


domingo, 23 de diciembre de 2018

2018.

Y lloré. Así nada más, cansada...
Como un pájaro desplumado, muerto de frío que busca el calor del nido, así yo busque tu pecho, y lloré, al compás de tus latidos. Lloré por todo y por todos. Por los heridos, los culpables y los inocentes. Lloré al mismo tiempo el amor, y el desamor. La culpa, el arrepentimiento, la rabia y el perdón. Lloré por los vivos y los muertos, lo que hubo y no hubo, lo que fue y no pudo ser y lo que jamás será.
Lloré hasta tener hipo, con los mocos colgando, con el alma destrozada, con estertores, con dignidad. Sin tapar mi rostro, sin importar que me viera fea, con la cara desfigurada por la angustia yo lloré.
Lloré, lo lloré todo. Todo este año, las carencias, la infancia, la vida. Lo más triste y oscuro lo lloré hoy. Hoy lloré, y hoy se acaba, y será hasta mañana. Otro día , otro comienzo. Con nuevas fuerzas, con más luz.



sábado, 22 de diciembre de 2018

Reflexiones acerca del Amor.

¿Será lo mismo amar, que estar enamorado?.
La palabra amor, viene del latín, sin muerte.
¿Eso significa entonces que un amor que nace, jamás ha de tener fin?. Difícil dar una respuesta...
¿Escoge uno a quien amar?. ¿Decidimos a voluntad, cuándo dejar de hacerlo?. ¿Y se deja en realidad de amar, lo que se amó de verdad?. ¿No se contrapone eso con el significado de la palabra amor?.
Sólo sé que el amor verdadero no pone condiciones. No se razona, simplemente se siente.
Si alguien a quien amas te daña, si así lo decides, puedes perdonarlo y recomponer la relación del tipo que sea, que tengas con esa persona. Ya sea de amistad, de pareja, de hermanos, de  padres, en fin.
Puedes también perdonar, y aun así, optar por alejarte. Y esgrimir razones como el orgullo, la  dignidad, cansancio, sanidad mental, etc.
Puede que ese lazo afectivo, si no es alimentado, ni correspondido, se deteriore a tal extremo, que llegue el momento en que puedas prescindir de esa persona. Toma bastante tiempo, pero finalmente sucede. De pronto te das cuenta, que es una etapa superada. Si había dolor, este se pasa. Y puedes mirar a esa persona, y evaluar la situación vivida, de manera objetiva. Puedes seguir tu camino sin rencor, retomar tu vida, totalmente independiente.
Pueden pasar años sin saber de esa persona, sin verla. Puedes volver a creer, a confiar, puedes incluso seguir amando, siempre de otra forma, pues cada amor es diferente. Lo que no podrás hacer nunca, si realmente amaste con el corazón, es lo siguiente: odiar a esa persona. Si hubo amor, conexión espiritual, de almas, jamás podrás desearle mal a esa persona. Por más que lo intentes, con todas tus fuerzas, el odio es la energía opuesta al amor. Algo así como luz y oscuridad, y la luz, siempre será más poderosa.
Sin embargo, ¿podrá alguien realmente definir el amor, o sentar bases de lo que es o no posible, de lo que es correcto o incorrecto?. Yo no soy dueña de la verdad absoluta, solamente de mi experiencia. Porque si hay algo que puedo decir que he hecho en mi vida, es haber amado. Y eso ya es bastante....
Entonces, puedo recoger las siguientes conclusiones, con respecto al amor, uno de los misterios más grandes del universo, la esencia y el motor de todo lo existente:
-Nadie pierde a nadie, porque nadie posee a nadie.
-El amor no se razona, no se mide, no cuestiona,  siempre perdona.
-El amor cuando es verdadero, no muere jamás.
-Existen muchos tipos de amor, todos son necesarios, todos nos enseñan algo, todos son diferentes, no son comparables.
-Se puede amar a más de alguien a la vez. -Nunca hay que arrepentirse de haber amado.
-No hay que sentir miedo de volver a amar, aunque te hayan herido. El amor es la razón de vivir. Nada te hará sentir más completo como ser humano, que el amor. A tu madre, a la naturaleza, a los animales. Ama, sin miedo!!. Mirarlo así; si una comida te cayó mal alguna vez, dejarás de comer para siempre?. ¿Qué pasará entonces?. Simple. Te mueres.
Una vida sin amar, es lo mismo que morir. Es estar muerto en vida. Amar, es esencial. El amor está en nosotros. No puedes renunciar a lo que eres. Eres amor.
-Amor y enamoramiento, definitivamente no son lo mismo. Uno tiene fecha de vencimiento, y el otro no conoce límites, ni tiempo, ni final...


viernes, 21 de diciembre de 2018

Rimas para un extraño conocido.


¿Hace cuántas madrugadas
despierto con tu sonrisa,
bailando con mi tristeza?.
¿Es que no me he dado cuenta
que en la aridez de mis labios,
brota tímido el deseo de nombrarte?.
           
Mi carne
seca de olvidos,
se deshace en el anhelo
de aquellas caricias nuevas         
inventadas por tus dedos.

El dolor de mis heridas sigue ardiendo
como fuego…

Y en las ruinas de mi destino
se han caído para siempre,
los puentes de la ilusión.

Mi inocencia fue burlada sin piedad,
por el pasado…

Y mi orgullo pisoteado
la noche funesta en que entregue
mi alma a las bestias del desamor.

Y resulta que hoy,
cuando tengo el alma negra,
mis manos ya vacías
se han cansado de secar
de mi rostro el desconsuelo,
y ahora ensayan la esperanza
de deslizarse en tu pelo.

¿Desde cuando tus ojos negros
penetraron mi desierto
y una flor desorientada,
nace en las grietas de mi dolor?.

Mi corazón traidor,
psicótico, masoquista,
que sin tenerme de vista,
ni consultar mi opinión,
se enamora antes que yo,
estúpido idealista…

A sabiendas de que aún sangra
y que ya todo lo dio,
se agita con emoción,
con la canción de tu voz.
E intenta desesperado
resucitar a mi alma,       
yerta en la absoluta calma,
dopada contra el amor.

¿Dime entonces, qué hago yo,
si mi cuerpo me traiciona?.
Y mi mente no razona,
obnubilada con tu risa.
                Mis defensas hechas trizas
ya no saben proceder
y mis días sin querer
se han han vuelto a vestir de sol.

En tu ardiente primavera
                 he perdido mis escudos.
Mis temores, hechos nudo
se repliegan a un rincón.

Los dados a tu favor,
el camino ya te espera.
Sea sangre o sea quimera,
que escriba tu corazón.



lunes, 17 de diciembre de 2018

La noche oscura del alma.

Había una vez un campesino, que cruzaba a tientas la quebrada. Casi en penumbras, galopaba a trompicones. Avanzaba dubitativo, cateando con avidez el impalpable horizonte, oculto en la infranqueable densidad de aquella marcha nocturna. Antes de dar el siguiente paso, pestañeaba repetidamente, convenciendose así de que era el cansancio quien tambaleaba su cordura. Con el pecho oprimido de tanto pasado, atravesaba la noche oscura, sin poder ver la estrecha senda de aquel paso fronterizo. Sentía una pizca de temor, si acaso un hombre bruto como él se lo pudiera permitir. Apretaba fuerte el puñal, que llevaba por precaución al cinto, más que todo para darse valor, incapaz de usarlo más que para matar una res, cuerearla, picar tabaco o desvasar los cascos del caballo y reparar su arreo. Se consideraba a sí mismo un hombre valiente, que bajo el ceño fruncido, el andar tosco y el carácter aparentemente intratable, ocultaba la frugalidad de un corazón franco y bondadoso.
Conocidas eran las leyendas de cuatreros merodeando aquellos cruces, historias que las piedras del camino callaban tercamente, como sólo las piedras saben hacerlo. Estos nocturnos hermanos, por lo general, pasaban sin hacer daño a los peonetas de las estancias. Era una especie de tregua tácita entre ellos. Los cuatreros, símbolos de la rebeldía contra la injusticia social, tenían como foco principal a los latifundistas, reivindicando de cierta forma las injusticias cometidas en contra de los campesinos. Por esta razón, contaban con el respeto y la secreta admiración de la peonada. Y por supuesto, con su lealtad y su silencio. Sin embargo, también estaban los otros, aquellos libertarios, desajustados a cualquier regla o patrón, que con la muerte acechando permanentemente sus espaldas, se habían vuelto despiadados. Bajo el manto de la noche y ante cualquier amenaza, podían sin titubear, percutar aquella bala que en cualquier recodo te escupiría la cara. Era parte de las consecuencias de nacer pobre y sin destino, en aquella tierra del fuego, agreste y extrema. Salir a buscar el pan, a riesgo de la propia vida. Había que ser precavido, para que el galopar invisible por los barrancos, y la complicidad de la densa oscuridad, con un poco de fortuna, te hicieran pasar por una sombra más...
Avanzaba al trote, sumergido en sus cavilaciones, cuando de pronto a lo lejos, y apenas imperceptible, vio el pequeño resplandor de una misteriosa luz. Como un acto reflejo volvió a pestañear, haciéndose conjeturas sobre las escasas posibilidades... Inclinándose a que tal vez fuera la falta de sueño, la que estuviera traicionando su mente y distorsionando la realidad.
Instintivamente se frotó los ojos, y aferró su puño al cinto, donde escondía su única oportunidad de repeler un ataque.
En aquel paso de angosto borde cualquier huida era inútil. A su derecha estaba el abismo, y a la izquierda; el muro del monte. Delante; el enigmático enemigo, cuyo encuentro a estas alturas ya se hacía inevitable...
Por la mente del campesino pasó fugazmente el recuerdo de su madre, con más arrugas que años, producto del sacrificio, el desvelo, y la lucha de una vida de trabajo. También recordó a aquella niña; pecosa y risueña, que le acompañó codo a codo en sus travesuras de la infancia. Aquel espacio tan breve, antes de que el peso del deber les aniquilara para siempre la inocencia. Cada uno fue apartado a su propio destino, pero el candor de los ojos verdes de ella, tejió de sueños su adolescencia, haciendo arder para siempre su corazón de hombre. A través de cada mirada furtiva, de cada roce secreto, y del recuerdo táctil de su cuerpo, se fue sintiendo merecedor de tanta felicidad. Más fue un embuste de la vida. Los hombres como él no tenían ese privilegio, pues nacían con el sino de la desdicha. Porque al partir ella, murieron también todos sus sueños y esperanzas.
Desde aquel día extravío la risa, resignandose a cumplir su triste papel en el mundo, esperando a que su tiempo, expirara de una buena vez. Y
desde aquel día, transitaba sin darse cuenta, la noche oscura del alma...
Quizás morir no fuera tan malo, concluyó.
Pero la luz se fue acercando hasta hacerse cada vez más intensa. Era tanto su resplandor, que poco a poco fue alumbrando los rincones más recónditos de su herido corazón. Inundando de paz cada rincón de su alma, y haciendo vibrar cada célula de su cuerpo. Fue tanta la luz, que el campesino pudo ver otra vez el sendero a sus pies. Y pudo por fin avanzar...
Al encontrarse el campesino frente a frente a la inexplicable luz, grande fue su sorpresa al ver que el portador de ella, no era más que un anciano, que recorría a paso bastante firme para su avanzada edad, aquel peligroso monte. Su aspecto para nada era amenazante, sino más bien amigable. Tenía un semblante sereno, casi esbozando una sonrisa. No llevaba más equipaje que aquel resplandeciente farol, que sostenía frente a él, alumbrando el camino. Sin embargo, y para mayor curiosidad, el anciano caminaba con los ojos cerrados…
Sorprendido e intrigado, el campesino bajó del caballo, y acercándose al enigmático transeúnte, quiso saber qué hacía alguien de su edad, de noche, atravesando aquel monte tan peligroso. El anciano sin dejar de sonreír, respondió al saludo con cortesía, explicando que aquel era el único camino que podía transitar, para llegar a su destino. Explicó también al campesino, que avanzaba con los ojos cerrados, ya que era inútil para él abrirlos, puesto que de todas formas, no conseguiría ver nada, ya que era ciego de nacimiento. Mientras que el campesino perplejo, no conseguía salir de su asombro, el anciano, con la misma cortesía comenzó a despedirse, aduciendo tener mucha prisa por llegar, pues ya estaba demasiado “viejo y cansado para seguir andando”...
Tras negarse a ser escoltado por el campesino, se dispuso a retomar la marcha. Fue entonces que el campesino, entendiendo lo extraordinario de aquel encuentro, sonrió. Volvió a sonreír, como hacía tanto no lo hacía, agradeciendo en su interior haber podido ver al fin el camino…
-Espera!!. - Gritó fuerte al anciano.
-No preguntaré quién eres. Soy un hombre vulgar, que no cree en nada, ni se cuestiona jamás el por qué de las cosas. Pero siento en mi interior que este encuentro no es normal. Porque alguna vez fui niño, y como todos, tuve sueños y esperanzas. También creí que existía la magia, y que el poder del amor podría cambiar el mundo…pero sé que es imposible…-  El campesino, al pronunciar las últimas palabras, no pudo evitar sentir un nudo en la garganta. Sin embargo, tragó saliva y continuó:
-...Yo… sólo quiero que me respondas, por qué razón recorres este sendero portando una luz, si tú no te sirves de ella??. Eres ciego!!!.-
El anciano le miró con ternura, preguntándose por qué el ser humano vivía buscando respuestas, a cosas que ya sabía en su interior. Finalmente respondió:
-Es verdad que yo no me sirvo de ella, no la necesito. Pero no debemos  descuidar la propia luz, pues ella puede servir para alumbrar el camino de los demás. No dejes que jamás se apague, siempre habrá alguien que va a necesitar tu luz.-

lunes, 3 de diciembre de 2018

Metafísica en palabras simples, del ser y la conciencia del todo.

Es increíble como Dios, la vida, el destino, el karma o en lo que tú escojas creer, nos pone personas en el camino, justo en el momento preciso, ni antes, ni después. A veces no entendemos por qué algunos no se quedan, mientras otros permanecen, pero todos a quienes encontramos en nuestro sendero son fundamentales. Aunque muchos sean un instante en tu vida, nada sucede por casualidad, sino por causalidad. Esta vida es el arte del encuentro. Todo está relacionado, todo está interconectado. Todos somos parte de la gran obra. Todos conformamos la vibración del universo. Y todos somos el alma del mundo. No odies a nadie, observa, aprende, ama, bendice, da gracias. Cada ser es único. No hay buenos y malos. Mejores o peores. Todos vamos subiendo en la escala evolutiva. Sólo es que unos han recorrido y avanzado más que otros. Esto no tiene que ver con la edad, apariencia, ni condición de ningún tipo. Tú solamente observa, más allá de lo visible…
Yo agradezco el aprendizaje a lo largo de esta vida y procuro ser mejor cada vez. Aprender de los maestros, compartir lo que poseo. Enseñar es una buena forma de aprender, pero la humildad de tu ego, es el pilar para crecer. Espero la guía de mi maestro interior y que su luz me permita encontrar el camino, o forjarlo de la mejor manera posible. Nunca creas saberlo todo, el conocimiento, la conciencia y la bondad no tienen techo. Todos nos pueden enseñar. De todos podemos aprender. Todos somos maestros… Ten siempre un corazón dispuesto a aprender.
Escucha tu ser interior. Deja que el Yo verdadero emerja. Da lo mejor de tí, recibe y agradece. No pretendas cambiar el mundo, pero haz la diferencia donde estés. Ayuda a los que te rodean, pero no pretendas cambiar a nadie, cada cual vive su proceso personal. Y cada ser vivo, se desarrolla a su propio ritmo.  Y finalmente, no dejes nunca de confiar, ni temas volver a creer, menos volver a amar!.
No intentarlo nunca más, porque alguien te defraudo, sería tan absurdo como si porque “cierta comida”  te hizo mal alguna vez, tú no volvieras a comer jamás...
No puedes defraudarte de las personas, a menos que conocieras a todas las personas del mundo. Ama, somos seres de luz, y la vibración más poderosa es la del Amor. Esta es la ley fundamental del universo.
No estamos en esta vida, más que para ser mejores. Vinimos a volar, a crecer, a soñar. Nada es más dañino para tí mismo y el entorno, que el rencor. Libérate, perdona. Y perdónate a tí mismo. Enmendemos los propios errores, así se construye de verdad. Te propongo dos tareas que todo lo resumen: ama a todos con conciencia, y simplemente sé feliz.