La simpleza de lo esencial.

Tanto desgaste por lo superfluo, por lo material, por lo vano e imperecedero... Cuando al final, lo que nos queda son las experiencias vividas, las emociones experimentadas, los momentos memorables, lo que hicimos, por sobre lo que tenemos. Porque a decir verdad, sólo almacenamos en nuestra memoria, al menos consciente, ciertos pasajes de nuestra historia. Lo realmente importante, aquello que nos marca, para bien o para mal... Y el recuerdo a veces, ni si quiera es una imagen. A veces no hay palabras. A veces lo que perdura, es solo un sentimiento, es la emoción que nos provoca determinado hecho o situación. Sucede que somos eso, seres emocionales y sensitivos, reaccionando a los estímulos.
Por que no hacer entonces, de cada momento algo especial, algo significativo, que nos aporte enseñanza, que nos de placer, que valga realmente la pena, que le de sentido a la vida?.
No se requiere a decir verdad, de nada extraordinario. No necesitas una varita mágica, ni juegos artificiales. La intensidad a tu vida, se la pones tú. Solo nos basta con ser receptivos, con salir del letargo... Despertar de una vez tus sentidos!. Darte cuenta por fin, de que la vida es breve, irreversiblemente frágil, y esta pasando AHORA!, y de que tu pasas por ella absolutamente autómata, dormido, sin ser capaz jamas, de mirar el cielo que te cubre, el sendero que recorres, ni el horizonte por venir...
Solo precisas ser consciente de la importancia de cada día, de cada instante, de cada momento. Y por sobre todo, dejar de preocuparte por lo que no merece la pena, e intentar centrarte en lo que realmente trasciende...
De que sirve acumular tantos  objetos materiales, que finalmente y en la practica, ni siquiera tenemos tiempo de disfrutar?.
No es ridículo, valorizar a las personas, por lo que tienen, mas que por lo que dan, o por lo que son?.
Por qué nos esforzamos tanto en tratar de revertir el paso del tiempo, si es inevitable que terminemos oxidados, como una manzana dejada al sol, podridos y descompuestos?...
No seria mejor ocuparnos de lo verdaderamente importante?.
Rodearnos de las personas que nos hacen sentir bien, mejorar nuestra actitud ante la vida, proponernos hacer lo que realmente nos gusta, lo que nos da placer, lo que nos hace sentir plenos, vibrar en positivo, sonreír y en definitiva, hacer lo que nos hace en realidad felices?...
En lo que a mí respecta, se que podría hace bastante rato, haber obtenido trofeos, de esos que la sociedad chilensis valoriza tanto... Cosillas como un auto, o tal vez por que no, un mega led cachilupi, en lugar de mi viejo televisor... En fin, un montón de objetos, absurdos para mí,  que solo me servirían, para validarme ante el resto, y que los demás piensen con convicción, que soy una "mujer exitosa", y por defecto, muy feliz...
Lo cierto es que no tengo riqueza material, pero si puedo decir que he gozado de la vida, y que pretendo seguir haciéndolo. He visto mucho cine, he leído cada libro que he querido, he escuchado en vivo a las bandas de mis sueños, he comido, reído, invitado, prestado, regalado y ayudado a quienes he podido. He perdido, ganado y acumulado vivencias... He llorado, aveces. He reído hasta llorar... He sentido, amado, y he vibrado al compás, de cada emoción posible. Y eso no se compra, eso es invaluable... Eso es atreverse a vivir!. Eso hace que me duerma cada noche con una sonrisa, y eso es, al fin y al cabo, lo único que tengo. Esas son mis posesiones, de lo único que soy dueña. Mis recuerdos serán mi equipaje, cuando me toque partir...